¿Te sientes cómodo con tu imagen de marca?
¿Te sientes cómodo con tu imagen de marca?
Te hago esta pregunta porque es mucho más trascendente que un simple ¿Te gusta o no te gusta?
¿Por qué? Porque significa identificarse con ella, sentirse cómodo en lo que comunica y representa.
Todo esto viene a colación del feedback transmitido por un cliente después de la presentación de las dos propuestas para su nueva imagen corporativa y las bases conceptuales que las articulaban. Mientras que las dos partían de unos conceptos similares, fruto de la identidad de la institución, una se escoraba hacia una vertiente más humana y otra mantenía el carácter institucional.
Aunque por goleada triunfó “la más humana”, es lo que tienen los cambios de mentalidad, si me dijo una frase que me llevó a pensar lo que supone sentirse “cómodo” con tu marca.
“Me siento cómodo con ambas, porque ambas me representan y me gustan formalmente, pero ésta me resulta más cercana, fresca y dinámica, y es así cómo somos”
-> En una palabra: Percepción. Cómo eres y cómo quieres que te perciban.
El cliente sabe cómo es su organización y quiere comunicar eso. Sentirse parte de ese todo. Ser embajador de esa marca, de esa identidad. Pero no sólo eso, busca conectar con personas que piensen y actúen igual que él, igual que la marca que lidera.
En el estudio, antes de presentar las dos propuestas, se pasan los diseños a diferentes personas con edades, formación y vidas dispares, para observar cómo las perciben. Y es curioso, como prácticamente todas tuvieron comentarios parecidos al del cliente. ¿Coincidencia o simpatía de pensamiento?
Todos, de alguna manera, estamos expuestos a las mismas cosas, medios de comunicación, tendencias y el todopoderoso internet que lo ha democratizado todo.
La imagen de marca, tiene mucho de social, de códigos comunes, de convencionalismos… pero también de riesgos. Como dice la frase: “No risk, no glory”.
El riesgo puede ser oportunidad y por supuesto, diferenciación.
Esto de la comodidad, de sentirse cómodos, es como ese sofá que todos tenemos en casa. Cuando lo adquirimos, le pedimos unos mínimos: gustos, precio, cómo queda en el salón y lo más importante, cómo encaja con nuestros hábitos, en nuestras vidas, pero también queremos que las visitas se sientan en él como en casa.
Lo mismo pasa cuando encargamos la imagen corporativa, o el logo como dicen muchos, de nuestra empresa. Queremos que encaje con lo que somos, con lo que hacemos, con el sector en el que nos movemos, pero también deseamos gustar al cliente, llamar su atención, enviarle mensajes positivos y profesionales.
Bien. ¿Qué pasa cuando ese sofá tiene quince años? Que ya no es tan cómodo, ni tan actual, ni tan atractivo como al principio. Ha dejado de cumplir de manera correcta parte de su función. Lo mejor es que sabemos detectar que es lo que falla y lo subsanamos o lo reemplazamos por otro.
Con la imagen de marca de nuestro negocio, deberíamos también, saber detectarlo.
Si te has dejado de sentir cómodo con la imagen de marca de tu negocio, pregúntala.
? ¿Qué valores transmite?
? ¿Me identifico contigo o pienso que la empresa ha evolucionado y tú has quedado anclada en el pasado?
? ¿Evocas la actividad?
? ¿Eres reconocible o soloeres una más del montón?
? ¿Eres rápida de entender o se necesita un máster?
? ¿Eres atractiva?
? ¿Atraes a los clientes o provocas su rechazo?
? ¿Cumples tu función de identificarme y diferenciarme positivamente en el mercado?
-> Responder a estas preguntas, supone detectar si mantienes o no tus ventajas competitivas.
+ Los valores, venden porque conectan las emociones de las personas.
+ La profesionalidad y la innovación, vende porque da seguridad y transmite confianza.
+ El ahorro de tiempo, vende porque piensa en ti.
+ La diferenciación y el riesgo estratégico, vende porque denota un esfuerzo en llamar la atención.
+ La sencillez, vende porque tu cerebro lo procesa y memoriza mejor.
+ Lo bonito, vende porque a todos nos gusta rodearnos de belleza.
Te habrás preguntado cómo se puede contar tanto en tan poco, si tan sólo es un nombre con una tipografía, unos colores y algún símbolo, icono o dibujo. Pero no es sólo eso.
Efectivamente, un logotipo es un nombre compuesto en una determinada tipografía. Pero ¿qué tipografía? ¿reconoces determinadas letras y las asocias? Por ejemplo, las tipografías clásicas del oeste, o las de las películas de terror o las de corte medieval. Ves, te envían mensajes. ¿Qué pasaría si utilizas esos tipos de letras en tu logo? Que la gente pensaría que tu negocio tiene que ver con eso a lo que aluden.
Con el color pasa un poco lo mismo, de hecho hay una psicología del color. Si te das cuenta hay sectores que se rigen por colores, piensa en el sanitario, el legal o el medioambiental…
Con las formas pasa tres cuartos de lo mismo. Lo más común es que en una clínica dental aparezca un diente, en un despacho de abogados una balanza y en el estudio de un fotógrafo un objetivo. Convencionalismos, acuerdos sociales que simplifican nuestra vida.
Pero no es todo tan sencillo y tan obvio. Ahí está la magia del diseño y la comunicación. La magia, el oficio, la creatividad está en analizar, buscar, asociar ideas y crear estrategias que consigan construir y transmitir un mensaje valioso y coherente de lo que eres, haces y dices.
Sin comentarios