benjamin franklin comunicacion visual

Las 13 virtudes de Benjamin Franklin aplicadas a la Comunicación Visual

La Comunicación Visual es hoy por hoy un elemento indispensable dentro del origen, desarrollo y crecimiento de cualquier empresa o idea de negocio. En cada una de las fases, necesitamos comunicar qué es lo que ofrecemos, qué necesidad cubrimos, cómo lo hacemos… y un sinfín de mensajes relevantes que dejen patente los beneficios que podemos aportar.

La tarea del comunicador visual no es solo dar forma a un mensaje de manera relevante, diferenciada y eficiente, es, a medio y largo plazo, crear una cultura visual dentro de las organizaciones que permita a sus responsables tomar decisiones acertadas en aspectos de diseño y comunicación, sin por ello pensar que eso es solo cosa de grandes corporaciones.

Vivimos rodeados de diseño. Cualquier acción de la vida cotidiana, lleva aparejada la convivencia con marcas, reclamos, objetos, relaciones y decisiones que han sido diseñados para un fin. Dicho esto, podemos decir que la comunicación visual, más comúnmente llamado diseño gráfico es un bien social, y por supuesto, económico, y es aquí donde enlazamos con la figura de un hombre que contribuyó de manera decisiva al bienestar y progreso de la humanidad.

Benjamin Franklin, uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, inventor y hombre adelantado a su época, aplicó a su vida un Plan de 13 virtudes con la clara idea de cultivar su carácter y conseguir el éxito personal y profesional.

Todos deseamos tener éxito, ser virtuosos y como no, cosechar beneficios tanto en nuestra vida como en nuestra empresa. Desgranemos pues esas 13 virtudes aplicándolas a la comunicación visual, o lo que es lo mismo, la comunicación que entra por los ojos y puede provocar:

  • atracción,
  • indiferencia
  • o rechazo

 

Comencemos:

 

  1. Templanza.  “No comas hasta el hastío, nunca bebas hasta la exaltación”

 

Yo lo denomino ”mesura”. Ya sé que tienes mucho que contar, pero ni podemos, ni debemos contar todo al tiempo. Debes seleccionar la información para el canal (catálogo, publicidad, flyers, RRSS, web…) que vayas a utilizar, y lo más importante, adecuar esa información (gráfica y escrita) al mensaje y al objetivo que te hayas propuesto.

De ninguna de las maneras nos interesa saturar al receptor del mensaje y que salte a los brazos de la competencia.

 

  1. Silencio.  “Sólo habla lo que pueda beneficiar a otros o a ti mismo, evita las conversaciones insignificantes”

 

Un silencio, un vacío en comunicación visual puede ser muy elocuente.

Estamos saturados de información y mensajes que pelean por captar nuestra atención. Dime, ¿qué es lo que pasa cuando hay un silencio en la radio, en la tv o tienes una página en blanco con una pequeña frase en una revista? que capta irremediablemente tu atención. Utiliza el silencio de manera estratégica.

 

  1. Orden.  “Que todas tus cosas tengan su sitio, que todos tus asuntos tengan su momento”

 

“Organización” que me dice mi padre…

Marca una jerarquía en la información. Ayuda al lector a comprender el mensaje a través del color, la tipografía, los tamaños o la estructura de página… guíalos como si de un Hilo de Ariadna se tratara para que consigan entender el mensaje en su totalidad y no abandonen a medio camino.

También has de saber, que la percepción on-line y off-line son diferentes. El cerebro, no acomete de la misma forma la lectura de un cartel, una web, un catálogo de producto o una tarjeta de visita. Tenlo siempre en cuenta.

 

  1. Determinación.  “Resuélvete a realizar lo que deberías hacer, realiza sin fallos lo que resolviste”

 

Directo al grano. Es una realidad que a todos nos falta tiempo, si das muchos rodeos corres el riesgo de que se vayan a la competencia que les habla más clarito.

Por otro lado, los mensajes hay que lanzarlos cuando tocan. ¿Qué sentido tiene hablar de polvorones en pleno mes de julio? Ninguno, ¿verdad? Lo que quiero decirte es que no esperes a que los demás se muevan y veas por dónde lo hacen. Es mejor ser el primero.

Voluntad y valor, que si te equivocas, aprendes, y si aciertas… Ppfff, como en el spot de la Primitiva.

 

  1. Frugalidad.  “Sólo gasta en lo que traiga un bien para otros o para ti; Ej.: no desperdicies nada”

 

Muchas veces nos liamos con puestas en escena y mensajes que rozan más el espectáculo que la verdadera comunicación, la mayoría de las veces en pro de una creatividad y originalidad mal entendida. No corras riesgos con fuegos artificiales que hagan mucho ruido, y dejen ver y entender poco.

 

  1. Diligencia. “No pierdas tiempo, ocúpate siempre en algo útil, corta todas las acciones innecesarias”

 

Aprende siempre, sé crítico con tu trabajo y busca esa actitud en tus colaboradores.

“Cualquier cosa no vale” y deja de pensar que tu cliente no se fija en esas cosas (diseño) y el mejor mensaje es ese “superprecio” que le acabas de dar por teléfono.

A día de hoy, todos buscamos información, y comparamos… y no siempre el elemento decisorio es el precio. Muchas veces incidir en este aspecto y no cuidar la imagen de empresa y producto, es sinónimo de alerta y desconfianza.

 

  1. Sinceridad.  “No uses engaños que puedan lastimar, piensa inocente y justamente, y, si hablas, habla en concordancia”

 

Que más se puede añadir, quizá algo del refranero español ”Se caza antes a un mentiroso que a un cojo”.

 

  1. Justicia.  “No lastimes a nadie con injurias u omitiendo entregar los beneficios que son tu deber”

 

No utilices material (fotografías, ilustraciones, textos…) de otro, ni te apropies de sus ideas. Pero si decides hacerlo, pide permiso y menciona siempre la fuente. Lo que hay en internet es de alguien y es relativamente fácil seguir la pista. No te la juegues y utiliza material propio o libre de derechos.

¿Qué te parecería que te lo hicieran a ti, con las fotografías de tus productos o las infografías de tu empresa? Mal, ¿no?

 

  1. Moderación. “Evita los extremos; abstente de injurias por resentimiento tanto como creas que las merecen”

 

Diferenciarte, no siempre significa posicionarte en un extremo. No todo es blanco o negro. Es sencillamente crear un espacio propio, auténtico, que sirva de referencia a otros que se identifique con lo que ofreces.

Si eres extremista en tus argumentos gráficos y escritos puedes estar renunciando a parte del pastel y tu reputación puede verse dañada.

Estarás pensando que hay publicidad que utiliza el exceso y la polémica para generar debate. Cierto. La mayoría de las veces está medido y de alguna manera controlado, aunque el ser humano es impredecible bajo algunos formatos arriesgados y todo puede pasar. Como te he dicho al principio la comunicación visual es un bien social y más allá de resultados, nos debemos a una ética personal y profesional.

 

  1. Limpieza.  “No toleres la falta de limpieza en el cuerpo, vestido o habitación”

 

Este lo voy a comentar desde la propia experiencia profesional. En varias ocasiones he tenido que trabajar para empresas cuya actividad es cuanto menos “antipática”. Empresas que intervienen después de incendios o desastres, empresas que gestionan residuos o tratan plagas… efectivamente, nadie quiere ver desastres, animales muertos o suciedad. Pues bien, todo depende del enfoque que le des y los códigos visuales que utilices. Una buena estrategia en las fotografías y contar la metodología de cómo abordan esos trabajos, dota de garantías al potencial cliente. Por otro lado ser muy pedagógico en aspectos como la prevención llena de credibilidad a estas empresas.

 

  1. Tranquilidad.  “No te molestes por nimiedades o por accidentes comunes o inevitables”

 

En comunicación hay que utilizar con sumo cuidado los códigos visuales para no herir sensibilidades. En el caso de que esto ocurra, siempre habrá que gestionar de manera correcta y sincera todas estas incidencias o “crisis”. Reparando si fuera necesario y buscando la comprensión y el diálogo.

 

  1. Castidad.  “Frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona”

 

Todos sabemos que el sexo, es un motivador de compra, al igual que el amor o la felicidad. Nosotros nos enfocaremos en conectar emocionalmente con nuestro público a través de fotografías con las que se identifiquen, que describan actitudes y en las que interactúe, a ser posible, con nuestro producto. Si además logramos con un buen texto o guiño fotográfico colarnos en su corazoncito habremos logrado aportar valor humano a nuestra marca y con ello crear con el tiempo comunidad.

 

  1. Humildad.  “Imita a Jesús y a Sócrates”

 

Para esta virtud tengo una frase que siempre la digo en charlas con emprendedores. Una frase que les ayuda a entender que no importa el tamaño, la inexperiencia o el miedo…

“El grande se hizo grande porque supo hacer las cosas bien siendo pequeño”

La humildad abre muchas puertas, la sabiduría de mostrar lo que eres, también. Inspira, evoca y enseña en tus mensajes. Vincula tu propia experiencia y aprende de todo lo que pasa ante tus ojos para que sirva de referencia o semilla a futuro. Crece y hazte fuerte sin perder de vista lo que te hizo único.

 

“Yo espero, por lo tanto, que alguno de mis descendientes pueda seguir el ejemplo y cosechar el beneficio”

Benjamin Franklin

 

¿Qué te ha parecido?

¿Pones en práctica en tu negocio algunas de estas virtudes?

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